miércoles, 23 de mayo de 2018

Olas de calor: punto crítico en el nexo de fármacos e hidratación - DiarioMedico.com

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CONGRESO INTERNACIONAL DE HIDRATACIÓN

Olas de calor: punto crítico en el nexo de fármacos e hidratación

Conviene prestar especial atención a los medicamentos que pueden inducir cambios en la función renal, dar lugar a una hipertermia, antianginosos y antihipertensivos, entre otros.
Marcelo Curto. Bilbao   |  22/05/2018 14:00
 
 
Gregorio Varela
Gregorio Varela Moreiras, catedrático de Nutrición y Bromatología de la Universidad San Pablo CEU, de Madrid. (Marcelo Curto)
La conferencia plenaria del III Congreso Internacional Hidratación 2018, celebrado en Bilbao, tuvo a la relación entre los fármacos y la hidratación como tema protagonista. Gregorio Varela-Moreiras, catedrático de Nutrición y Bromatología de la Universidad San Pablo CEU, de Madrid, fue el encargado de impartirla.
Según señaló, las olas de calor en Europa de 2003 y 2005, en las que fallecieron decenas de personas, "fueron una señal de alerta en el ámbito de la hidratación". Así, se hicieron algunos estudios retrospectivos en los que se trataba de ver "por qué se habían registrado unos efectos más adversos por el consumo de algunos fármacos en algunos de los pacientes que habían fallecido por la ola de calor y que habían mostrado una deshidratación mayor que en los pacientes que no habían estado tomando esos fármacos".
Varela Moreiras aclaró que, tras los análisis, "el mensaje general no se dirige a culpar al propio consumo de fármacos, ni asociarlo, en casos de calor extremo, a una mayor mortalidad. Pero sí es cierto que las recomendaciones de la propia Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) y de otras entidades análogas en otros países señalan que en estas circunstancias hay que monitorizar a los pacientes pediátricos y a otros grupos, pero en especial a las personas mayores, e identificar los fármacos que pueden provocar alteraciones en la hidratación y en el equilibrio electrolítico".
  • Xerostomía, patologías de la piel y quimioterapia son situaciones que pueden poner en riesgo el estado de hidratación por el aporte farmacológico
También incidió en la conveniencia de vigilar con especial atención, en olas de calor, "los fármacos que pueden estar induciendo cambios en la función renal, los que pueden entorpecer la adaptación a una situación de estrés térmico por calor y dar lugar a una hipertermia, y los que puedan estar causando deshidratación, como pueden ser los antianginosos y los antihipertensivos".

Monitorización

A partir de esas olas de calor se establecieron unas recomendaciones para los profesionales sanitarios "para que vigilen y monitoricen el consumo de los fármacos anteriormente señalados y el estado de hidratación de los pacientes pertenecientes a grupos especialmente vulnerables, bien a través de la cuantificación de la ingesta de líquidos o a través de las escalas de color de la orina u otros análisis".
Cuando se habla de fármacos e hidratación se hace en un doble sentido. "Primero, cómo los fármacos pueden alterar el estado de hidratación y, por tanto, causar deshidratación, que es lo que más nos preocupa. Y, además de lo anterior, cómo un estado de deshidratación puede, a su vez, alterar la farmacocinética del medicamento. Esto puede suponer un círculo del que es difícil salir, ya que, en estados de deshidratación, los fármacos pueden tener menos eficacia, algo que también se puede asociar a un estado previo de malnutrición en el paciente, con lo que la situación puede ser, incluso, peor".
Dentro de los grupos de población que más se pueden ver afectados por este problema se encuentran las personas mayores. "Son los grandes polimedicados. Entre un 60 y un 70 por ciento de las personas mayores de 70 años consume un mínimo de tres medicamentos diarios, cantidad que puede llegar hasta siete u ocho al día". Además, apuntó el catedrático, "se ha extendido el periodo de posible riesgo de interacción entre el consumo de medicamentos y la deshidratación". Las causas se encuentran en el aumento de la esperanza de vida y en el inicio cada vez más temprano de la medicación en algunas enfermedades crónicas.

Patologías de más riesgo

Existen algunas situaciones y patologías que, por su propio aporte farmacológico, pueden poner en riesgo el estado de hidratación. Por ejemplo, la xerostomía, síntoma que define la sensación subjetiva de sequedad de la boca por mal funcionamiento de las glándulas salivales: "Ésta provoca disfagia. La xerostomía afecta a un 10 por ciento de la población general y en un porcentaje más elevado a las personas mayores. Es un problema que hay que atender porque causa deshidratación".
Otro campo al que conviene prestar atención es la quimioterapia, durante la cual "se puede producir deshidratación por varios motivos. Por una parte, tenemos la mucositis. También se registran alteraciones en el sentido del gusto debido al tratamiento; se reduce el apetito y, por ello, la ingesta de líquidos a través de los alimentos. E, igualmente, se dan náuseas, vómitos y diarreas, que propician la pérdida de líquidos"
Otro ámbito citado por Varela-Moreiras son las enfermedades de la piel. "Una piel normal está compuesta en un 70 por ciento de agua. La capa córnea contiene entre un 10 y un 15 por ciento de agua, siendo la auténtica reguladora de la elasticidad, flexibilidad, permeabilidad... de este órgano. Hay muchas circunstancias y tratamientos, como los oncológicos, que provocan sequedad en la piel".

Del ‘peso seco’ al ‘peso adecuado’ en hemodiálisis

El Congreso Internacional Hidratación acogió una mesa redonda sobre hidratación y salud renal. En ella, Luis Alfonso Mariscal, presidente del Instituto Mexicano de Investigaciones Nefrológicas, destacó que, tras analizar el estado de hidratación de los pacientes en hemodiálisis, "sabemos que es importante conocer la cantidad de líquido que tiene el paciente, pero mucho más relevante es clasificarlo según su estado de hidratación: deshidratados, normohidratados y sobrehidratados". Tal y como dijo, "los nefrólogos sabemos mucho de la sobrehidratación pero poco de la deshidratación.
La mortalidad de los pacientes en hemodiálisis es relativamente alta en los pacientes sobrehidratados, pero también es importante en el paciente deshidratado".
Ante este hecho, la propuesta que realizó Mariscal fue "promover el cambio del concepto del peso seco al concepto de peso adecuado, situación en la que el paciente estaría en un estado de euvolemia y euhidratación que mejoraría sus condiciones de salud y la supervivencia del paciente". Para realizar este cambio, "se requiere disponer de la bioimpedancia, para poder evaluar el estado de hidratación del paciente. Clínicamente, esto es difícil y requiere adaptarse a las nuevas tecnologías, a través de la utilización del citado equipo, para implantarlas en la práctica clínica".
En la mesa también participó Tommaso Bochicchio, profesor de Nefrología de la Universidad La Salle, de Ciudad de México. Según afirmó, existen una serie de condiciones renales que están relacionadas, con mayor o menor grado de evidencia, con la hidratación de los individuos. Así, desde el punto de vista profiláctico, se pueden beneficiar de una correcta hidratación condiciones médicas como "la litiasis renal, la infección de las vías urinarias y la enfermedad renal poliquística".
En esta enfermedad, quizá la forma hereditaria más frecuente de insuficiencia renal, "se ve una relación entre los niveles de hormona antidiurética y el crecimiento de los quistes, constatando que una correcta hidratación en estos pacientes presenta beneficios; además de que en este grupo también se da un aumento del riesgo de presentar litiasis renal y dificultades en algunos casos para concentrar la orina, al miccionar volúmenes muy altos, por lo que también es importante una correcta hidratación para ellos.

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