martes, 31 de mayo de 2016

Inmunoterapia CART: diseñar las células inmunitarias para tratar el propio cáncer

Inmunoterapia CART: diseñar las células inmunitarias para tratar el propio cáncer

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Durante muchos años, la piedra angular del tratamiento del cáncer ha sido la cirugía, la quimioterapia o la radioterapia. En la última década se han desarrollado tratamientos dirigidos como imatinib (Gleevec®) y trastuzumab (Herceptin®), fármacos dirigidos contra las células cancerosas que se establecen en cambios moleculares específicos observados previamente en estas células.
Hoy en día la estrella es la inmunoterapia, un tratamiento que aprovecha el potencial del sistema inmunitario del paciente para combatir su propia enfermedad, lo cual se conoce entre los investigadores como el quinto pilar del tratamiento contra el cáncer. Uno de los enfoques de la inmunoterapia consiste en modificar las células inmunitarias del mismo paciente para que reconozca y ataque sus propios tumores. A pesar de que este enfoque, conocido como la transferencia adoptiva de linfocitos T (ACT, por sus siglas en inglés), se ha restringido solamente a pequeños ensayos clínicos, muchos tratamientos que utilizan células inmunitarias diseñadas han mostrado respuestas significativas en pacientes con cáncer en fase avanzada. Por ejemplo, varios pacientes con leucemia linfoblástica aguda en fase avanzada para los cuales no quedaba ninguna otra opción de tratamiento han visto desaparecer su cáncer totalmente tras participar en ensayos clínicos de fase inicial que utilizaban esta terapia.
La transferencia adoptiva de linfocitos T consiste en “administrar a los pacientes un fármaco vivo”, así lo afirma el doctor Renier J. Brentjens, del Memorial Sloan Kettering Cancer Center (MSKCC) de Nueva York. Este especialista lo define de esta manera ya que los linfocitos T, la parte fundamental de esta terapia, son un tipo de células inmunitarias recogidas de la misma sangre del paciente. Estas células se modifican genéticamente para que reproduzcan receptores especiales en su superficie llamados CAR (receptores de antígenos quiméricos).
Los CAR son proteínas que permiten que los linfocitos T reconozcan una proteína específica (antígeno) en las células tumorales. Tras cultivar los linfocitos T- CAR en el laboratorio y multiplicarlos, se introducen en el paciente donde, si todo va según lo planeado, se multiplican y, bajo la dirección de su receptor diseñado, reconocen y destruyen las células cancerosas que presentan el antígeno en sus superficies.
Este proceso es muy similar a una técnica ACT diseñada por Steven Rosenberg y sus compañeros del Instituto Nacional del Cáncer (NCI) estadounidense para tratar a los pacientes con melanoma en fase avanzada. “Los linfocitos T CAR son de lejos mucho más potentes que cualquier otra terapia basada en la inmunología”, afirma Crystal Mackall del NCI. Aun así, los investigadores advierten que todavía faltan muchos aspectos por estudiar y desarrollar de la terapia con linfocitos T CAR. No obstante, los resultados iniciales recogidos de ensayos clínicos generan un optimismo considerable. (…)
Para leer el artículo completo haz click en el PDF adjunto.


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