lunes, 30 de abril de 2012

Cómo afecta la artritis reumatoide los sistemas de su cuerpo

Artritis reumatoide




INTRODUCCION

La artritis reumatoide (AR) es más que una enfermedad de las articulaciones. Puede causar inflamación en todo el cuerpo. La buena noticia es que el riesgo de desarrollar síntomas fuera de las articulaciones es menor hoy que nunca antes.

Esto se debe en gran parte a que las personas obtienen diagnósticos precoces y mejores tratamientos y a que están más atentas a su enfermedad.

La presente información le ayudará a comprender cómo la AR afecta sus articulaciones y el impacto que puede tener en todo su cuerpo y en su salud en general. Con esta información estará mejor equipado para evaluar sus opciones de tratamiento, entender los efectos secundarios potenciales y prevenir síntomas para mantenerse tan sano como pueda.



Hable con su doctor

Aunque no hay cura para la artritis, existen muchos tratamientos que pueden mejorar su vida con la artritis. Asegúrese de hablar con su médico de las condiciones específicas citadas aquí para mayor información al respecto y las maneras en que puede ayudar a tratarlas. Las técnicas de auto ayuda, actividad física, medicamentos y otras estrategias que puede hacer por sí mismo pueden desempeñar un importante papel en mejorar su bienestar. Su personal médico puede ayudarle a conocer opciones disponibles y a hallar el plan de tratamiento adecuado para usted.



¿QUÉ ES LA ARTRITIS REUMATOIDE?

La palabra artritis literalmente significa inflamación de las articulaciones. La artritis reumatoide (AR) es una forma común de artritis que produce inflamación en el revestimiento de las articulaciones (sinovio), provocando calor, hinchazón y rigidez.

La AR es una enfermedad autoinmune que hace que el sistema inmunológico del cuerpo erróneamente ataque células sanas de las articulaciones y otros órganos. Cuando esto ocurre, el fluido de las articulaciones se acumula y resulta una inflamación que puede conducir a daño articular. Si la inflamación continua, el cartílago que cubre y protege las terminaciones de los huesos también puede deteriorarse. Una vez que el cartílago se desgasta, no se repara por sí solo. La articulación puede volverse dolorosa y difícil de mover.

La misma respuesta defectuosa que origina la inflamación de las articulaciones puede afectar muchos sistemas del cuerpo (órganos). Por eso a la AR se le llama una condición sistémica (en todo el cuerpo). Los sistemas del cuerpo que se pueden ver afectados fuera de las articulaciones incluyen sangre y vasos sanguíneos, ojos, corazón, pulmones, sistema nervioso y piel. Cuando la AR afecta a éstos u otros sistemas del cuerpo, los efectos se conocen como “manifestaciones extra curriculares” de la AR, o efectos no articulares de la AR.                  

En los Estados Unidos, casi 1.3 millones de personas tienen AR. La enfermedad suele comenzar a la edad madura, no obstante, cualquiera puede presentar AR.

Dependiendo de la gravedad de la enfermedad, la esperanza promedio de vida para un individuo con AR puede ser unos tres a 15 años menor que en la población general.

Sin embargo, las mejoras en los tratamientos hacen que la probabilidad de discapacidad, menor esperanza de vida y otras complicaciones, disminuyan.



EFECTOS DE LA AR EN LOS SISTEMAS DEL CUERPO

Para entender su AR, es importante estar consciente del impacto que tiene en todo su cuerpo, no sólo en sus articulaciones. Aquí se muestra cómo afecta la artritis al resto del cuerpo:



SANGRE        

Anemia- Reducción de la cuenta de eritrocitos que puede causar cefalea y fatiga, entre otros síntomas. La inflamación descontrolada de la AR resulta en anemia. Una inflamación muy alta también puede provocar trombosis, o un aumento de plaquetas que provoca coágulos sanguíneos.



Síndrome de Felty- Condición que se caracteriza por un bazo agrandado y una cuenta baja de leucocitos. El síndrome de Felty es una complicación poco común de la AR severa y duradera. Las personas con este síndrome pueden presentar mayor riesgo a infecciones y linfoma, un cáncer de las glándulas linfáticas.                  



VASOS SANGUÍNEOS

Vasculitis- Inflamación de los vasos sanguíneos. Esta es una consecuencia seria, pero poco común de la AR de mucho tiempo. La vasculitis asociada a la AR comúnmente afecta los vasos sanguíneos que abastecen la piel.  Así como la AR, puede implicar a muchos órganos del cuerpo, como ojos, riñones y corazón.

Los síntomas de la vasculitis que debe observar incluyen el desarrollo de úlceras en las piernas o bajo las uñas o blanco de las uñas.



OJOS
Esclerosis- Inflamación en diversas partes del ojo. Los síntomas de la inflamación ocular dependen de dónde ocurra la inflamación, pero pueden ser dolor, enrojecimiento, visión borrosa y sensibilidad a la luz.

Una complicación poco común de la esclerosis es la escleromalacia perforante, cuya inflamación severa puede dañar permanentemente al ojo. Las enfermedades autoinmunes como la AR también causan uveítis, inflamación del área entre la retina y el blanco del ojo. La uveítis puede agravarse tanto como para provocar ceguera si no se trata. Si tiene AR, debe hacerse revisar los ojos al menos una vez al año. Vea de inmediato al oftalmólogo si desarrolla enrojecimiento de la parte blanca del ojo o si siente dolor repentino en los ojos.



Síndrome de Sjögren

Tener AR también le hace más vulnerable al síndrome de Sjögren, condición en la que el sistema inmunológico ataca las glándulas del cuerpo. Esto puede resecarle la boca y los ojos y hacerlos sentir arenosos. Si no se trata, ello podría potencialmente resultar en infección ocular y cicatrizado de la córnea y la conjuntiva (membrana que cubre el área blanca del ojo y el interior del párpado). La resequedad crónica de la boca puede permitir que las bacterias crezcan más rápidamente. Es importante ver al oftalmólogo y al dentista para prevenir y/o tratar los síntomas del síndrome de Sjögren.



CORAZÓN

Enfermedad cardiaca- Condición que aumenta el riesgo de tener un ataque cardiaco u otro problema del corazón. La inflamación sistémica asociada a la AR también hace que las personas con AR puedan desarrollar más enfermedades cardiacas o cardiovasculares (condiciones que involucran la circulación sanguínea, como los derrames cerebrales). De hecho, la tasa de mortalidad entre individuos con AR es 35% mayor que entre la población general,  debido principalmente al mayor riesgo a enfermedades cardiacas. Una persona con AR tiene 2.5 veces más posibilidades de manifestar enfermedad del corazón que alguien de la población general. La investigación reciente muestra que quienes tienen AR presentan un riesgo a ataques cardiacos similar al de las personas con diabetes tipo 2.



PULMONES

Hasta un 30% de las personas con AR desarrollarán algún tipo de condición pulmonar, incluyendo pleuritis, fibrosis pulmonar y nódulos pulmonares.

Pleuritis- Inflamación del recubrimiento de los pulmones que dificulta la respiración profunda.

Fibrosis pulmonar- Cicatrización de los pulmones que conlleva dificultad progresiva para respirar.

Nódulos reumatoides- Bultos de tejido que se pueden formar en los pulmones y otras partes del cuerpo (más comúnmente en las manos). Los nódulos, sin importar su ubicación, típicamente no causan síntomas o problemas.


 
BOCA


Gingivitis- Inflamación e infección de las encías que puede acarrear problemas dentales como pérdida de dientes y otras complicaciones. Los individuos con AR tienden a presentar una mayor tasa de gingivitis (enfermedad de las encías) que la población general. Aunque todavía se desconoce la razón, la inflamación general puede desempeñar un papel en este riesgo. Si la AR afecta las articulaciones de sus manos, podría resultar complicado cepillarse y usar hilo dental, lo que aumentaría su riesgo de caries y gingivitis. La resequedad que puede acompañar a la AR también aumentaría el riesgo de gingivitis.



SISTEMA NERVIOSO

El adormecimiento, hormigueo o debilidad de brazos y piernas se manifiestan a menudo en quienes tienen AR. Son señales de que la AR está afectando al sistema nervioso.



Síndrome del túnel carpiano- Condición común de los nervios que acompaña a la AR. El nervio que corre del antebrazo a la mano se encuentra oprimido en la muñeca, provocando hormigueo, adormecimiento y debilidad para asir objetos.



PIEL

Nódulos reumatoides- Bolitas bajo la piel que típicamente no duelen, a menos que se encuentren en áreas sensibles, como donde toma un bolígrafo. Hasta la mitad de las personas con AR tienen nódulos reumatoides bajo la piel, frecuentemente en dedos, codos u otras áreas con huesos expuestos a la presión.                                 



Cambios del color y calidad de la piel- Puntitos rojos o úlceras (parches pequeños de piel viva o llagas abiertas). Si la AR se acompaña de inflamación de los vasos sanguíneos, uno de los primeros síntomas pueden ser los puntitos rojos en la piel, indicando la necesidad de tratamiento. En casos más severos, la inflamación de los vasos sanguíneos puede causar úlceras en la piel de las piernas.



EFECTOS DE LA AR EN SU BIENESTAR

Además de inflamación articular y los síntomas de órganos específicos, la AR también puede provocar fatiga, inapetencia, pérdida de peso, fiebre de baja temperatura y sentimientos de depresión.



Fatiga

Uno de los síntomas más comunes de la AR, la fatiga, es a veces la primera señal de inflamación. La fatiga es un sentimiento de cansancio, agotamiento, pérdida de energía, debilidad física o sueño. La fatiga puede dificultarle concentrarse o lidiar con el dolor: puede hacer que las personas se sientan indefensas. Como el dolor, la fatiga es indicio de que algo anda mal. Combatir la fatiga puede hacerle sentir mejor.

Entre las causas de la fatiga se pueden contar la inflamación, excederse en las actividades de su rutina, efectos secundarios de los medicamentos, tensión, depresión o una variedad de éstos.

La falta se sueño y ejercicio regular, así como de nutrición adecuada pueden contribuir.

Sentirse constantemente cansado puede conducir a tensión y depresión. Y, si se agota físicamente, su sistema inmunológico estará menos apto para combatir la infección y la enfermedad. Sentar prioridades, tomar decisiones inteligentes y conservar su fortaleza hará que pueda seguir haciendo la mayoría de las cosas que son importantes para usted.



Inapetencia    

La AR puede hacerle sentir enfermo, especialmente durante los periodos agudos (o episodios de exacerbación). Cuando se siente mal, no tiene ganas de comer, pero es primordial que se alimente de una dieta saludable y balanceada. Durante un episodio agudo, puede requerir más energía de la normal porque su cuerpo está trabajando más arduamente en hacerle sentir bien. Trate de aumentar su energía consumiendo más calorías de los alimentos. Más calorías le proporcionarán más combustible al cuerpo para combatir la inflamación. Aquí están algunas ideas para aumentar la ingesta de calorías en su dieta:

. Aumente la proteína de su dieta.

. Busque alimentos altos en calorías como aguacates, granola, frutos secos.

. Beba leche (pruebe las de soya, arroz, almendras, coco, etc, especialmente si es intolerante a la lactosa).

. Añada crema a sus platillos.

. Pruebe los cereales integrales en vez de los refinados y procesados.



Cambios de peso

Es común experimentar cambios de peso con la AR. Eso es porque su cuerpo está enfermo y puede hacerle perder el apetito, o un súbito estilo de vida sedentario puede originarle aumento de peso. La pérdida de peso intencional puede volverse peligrosa. Puede dejarle exhausto, débil e interferir con su tratamiento. Hable con su doctor a cerca de cómo mantener un peso saludable con la AR.



Fiebre de baja temperatura

La AR a menudo se acompaña de una pequeña fiebre, que puede ser uno o dos grados más alta que lo normal (98.6 F). La fiebre es un importante mecanismo de defensa del cuerpo contra la infección. Muchos niños y bebés desarrollan fiebres altas por enfermedades virales menores. Aunque la fiebre indique que el cuerpo está librando una batalla, la fiebre está luchando por usted, no en su contra.



Salud mental

Si tiene AR, quizá se el dificulte lidiar con la enfermedad. Ciertos sentimientos de depresión son normales, pero pueden entorpecer su manejo de la misma.  Los síntomas de depresión pueden incluir:



. Falta de sueño o dormir demasiado

. Inapetencia o exceso de apetito

. Lágrimas frecuentes y sentimientos de tristeza

. Fatiga, irritabilidad, inquietud o movimientos letárgicos                        

. Sentimiento de impotencia o culpa sobrecogedora.



Los fármacos, el descanso y el ejercicio son la mejor receta para aliviar los síntomas, pero mantenerse concentrado en los aspectos positivos de la vida también ayuda. Es importante para usted y su familia aprender todo lo que pueda hacer sobre la enfermedad y hablar mutuamente, con sus doctores y demás personal médico involucrado en su salud.  También puede servirle el consejo de un proveedor de servicios de salud mental para desarrollar estrategias de ayuda.

Ciertas personas con AR quizá requieran medicinas especiales para aliviar la depresión. Saber que no está solo y que otros entienden algunos de los retos que enfrenta puede ser su mejor apoyo emocional.



Infecciones                

La investigación ha mostrado que las personas con AR tienen mayor riesgo de desarrollar infecciones que quienes no tienen AR. Esto puede ser por los efectos autoinmunes de la AR, o por algunos de los efectos inmunosupresores de ciertos fármacos.

Como su sistema inmunológico ya está comprometido con la AR, es importante cuidar su salud en general para prevenir infecciones. Aquí están algunas ideas para ayudarle a reducir su riesgo de contraer una infección:



. Duerma lo suficiente

. Seleccione frutas y verduras orgánicas y coloridas

. Controle su peso corporal     

. Realice una actividad física moderada de forma regular

. Lávese las manos frecuentemente para evitar gérmenes y bacterias                 

. Controle la tensión     
Hable con su médico a cerca de maneras de prevenir infecciones.


Cáncer

Los estudios también han demostrado que las personas con AR  podrían tener un mayor riesgo de cáncer, especialmente si toman metotrexato, lo que podría triplicar el riesgo de cáncer de pulmón y melanoma. Los estudios también han señalado que los individuos con AR presentan más riesgo de cáncer. Las probabilidades aumentan unas 2.5 veces para quienes tienen AR comparado con la población general.

Los medicamentos que inhiben el sistema inmunológico con la intención de controlar la inflamación también podrían aumentar el riesgo de cáncer. Sin embargo, no ha sido confirmado si la AR sola o los medicamentos inmunosupresores empleados en su tratamiento son los causantes del incremento en el riesgo de cáncer. Hable con su doctor sobre la información más reciente a este respecto.



EFECTO DE LOS TRATAMIENTOS PARA LA AR EN EL CUERPO        

Aunque no hay cura conocida para la AR, existen tratamientos altamente efectivos. El tratamiento precoz es crucial para prevenir el daño que la AR puede generar. Una vez que reciba el diagnóstico, es fundamental iniciar el tratamiento de inmediato. Los métodos de tratamiento, incluyendo fármacos y modificaciones al estilo de vida, se centran en  aliviar el dolor, bajar la inflamación, detener o retrasar el daño articular y mejorar su estado de salud en general.         

Los medicamentos empleados para tratar la AR se dividen en dos grupos: sintomáticos y modificadores de la enfermedad. Los medicamentos sintomáticos, o aquellos designados a aliviar sus síntomas, abarcan los AINE (anti inflamatorios no esteroides), aspirina, analgésicos (medicinas para el dolor) y corticosteroides. Los fármacos modificadores de la enfermedad o aquellos que potencialmente modifican la enfermedad, abarcan al metotrexato, sulfasalazina, leflunomida y los modificadores de la respuesta biológica (agentes biológicos).

Su programa de tratamiento debe ajustarse a sus necesidades, tomando en cuenta la gravedad de su artritis, otras condiciones de salud que pueda presentar y su estilo de vida. Su reumatólogo y otros miembros de su equipo de salud colaborarán mutuamente y con usted para determinar el mejor plan de tratamiento.



Efectos secundarios del tratamiento: impacto en su cuerpo

Como con cualquier fármaco, puede notar efectos adversos al tomar los medicamentos para tratar la AR. Para reducir el riesgo de efectos secundarios de los medicamentos con receta, su doctor deberá prescribirle la menor dosis del medicamento que le pueda servir. Informe a su médico de cualquier problema de salud que tenga o de las medicinas que ya esté tomando. Esto incluye mencionar las vitaminas, suplementos o medicamentos de estantería libre que pueda estar tomando, como por ejemplo aspirina.

Recuerde que algunos de los problemas potencialmente serios se pueden detectar únicamente con análisis de laboratorio regulares ordenados por su doctor. Si percibe efectos adversos severos a los fármacos, su doctor puede decidir suspenderle el medicamento. Sólo inicie o descontinue fármacos bajo indicación de su médico. Hacerlo por su lado podría traer consecuencias perjudiciales a su salud.

A continuación se mencionan algunos de los efectos secundarios adversos más comunes del tratamiento de la AR. Los riesgos se organizan por parte del cuerpo afectada y se muestran ejemplos de fármacos que pueden originar dichos posibles efectos colaterales.



OJOS

Ciertos medicamentos para la AR pueden afectar el ojo.

Corticosteroides como la prednisona pueden resultar en glaucoma, grupo de enfermedades que generan daño al nervio óptico y cataratas (opacidad del lente o cristalino del ojo que interfiere con la visión).

Hidroxicloroquina (Planequil), en casos raros puede producir cambios de pigmento en la mácula, parte central de la retina del ojo que es responsable de la visión, resultando en pérdida de la misma.



RIÑONES

Típicamente, los riñones no se ven afectados por la AR. No obstante, en algunas personas con AR, la función renal baja como efecto colateral de los medicamentos que toman para su enfermedad. Fármacos como la ciclosporina (Neoral) o ciertos antiinflamatorios no esteroides (AINE) como ibuprofeno o naproxeno pueden dañar los riñones.



PULMONES

El metotrexato, medicamento usado comúnmente para la AR, puede en ocasiones causar efectos secundarios en el pulmón. Estos efectos generalmente desaparecen cuando se suspende el medicamento. A veces, el metotrexato produce dificultades para respirar, conocidas como pneumonia o daño pulmonar inducidos por metotrexato. El oro inyectable y la penicilamina también pueden ocasionar pneumonías similares inducidas por medicamentos.



BOCA

El metotrexato y el oro inyectable a veces originan resequedad de la boca o úlceras orales. Para ayudar a aliviar estos efectos adversos, intente lo siguiente:

. Humedezca la boca con chicle sin azúcar o caramelos, o sorbiendo cubos de hielo.

. Pruebe los sustitutos de saliva como Salivart, Xerolube o Glandosan.

. Evite el alcohol o antisépticos bucales conteniendo alcohol que resequen aún más su boca.

. Trate de no consumir alimentos salados o muy condimentados o cítricos que irriten las úlceras.

. Pruebe analgésicos tópicos como Oragel o Zilactin, o pídale a su doctor o dentista que le prescriba un enjuague bucal que le ayude a sanar las úlceras.



PIEL
Los medicamentos para la artritis como los corticosteroides y los AINEs pueden conllevar efectos adversos a la piel. Los corticosteroides pueden adelgazar la piel y hacerle susceptible a lesiones. Quienes toman AINEs, también son más susceptibles a lesiones.



Agentes biológicos

Una de las mejores maneras de restringir las posibilidades de que la AR afecte su cuerpo o de controlar sus efectos, es buscar un tratamiento temprano y agresivo.

El tratamiento para la AR ha avanzado mucho en años recientes. Ahora, no sólo se le trata a la gente contra el dolor, sino que se le trata con medicamentos cuyo objetivo es detener la enfermedad de raíz para prevenir o revertir el daño. A estos medicamentos se les conoce como modificadores de la respuesta biológica (MRB), o simplemente agentes biológicos.

Los agentes biológicos son una clase de fármaco diseñada por ingeniería genética a partir de un organismo vivo, tales como un virus, gene o proteína. Los agentes biológicos, que se administran vía intravenosa o por inyección, inhiben la inflamación, así que a menudo se emplean para tratar enfermedades autoinmunes como AR.

Típicamente, los agentes biológicos se usan en combinación con otro tipo de FARME (fármaco antirreumático modificador de la enfermedad), y, si se empieza un tratamiento agresivo precoz, los agentes biológicos parecen ayudar a aumentar las probabilidades de remisión.

Los beneficios del tratamiento con agentes biológicos pueden sobrepasar por mucho el riesgo relativamente pequeño de efectos colaterales graves. Sin embargo, a la hora de optar por un plan de tratamiento, debe estar al tanto de que ciertos agentes biológicos pueden incrementar el riesgo de infección, tuberculosis, insuficiencia cardiaca, tumores malignos y toxicidad hepática.

La investigación sugiere que algunos problemas asociados a los agentes biológicos, como más infecciones y cánceres, son más posiblemente resultado de la AR activa que de su tratamiento.

Además, tratar la AR agresivamente con agentes biológicos puede reducir el riesgo de complicaciones potencialmente serias fuera de las articulaciones, y el tratamiento agresivo también puede disminuir el riesgo de muerte por ataque cardiaco.



ESTÓMAGO

No es raro que varios AINE y fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad (FARME), causen dolores estomacales, náusea o en algunos casos, úlceras.

Hable con su doctor sobre lo que puede hacer para aliviar estos efectos secundarios, como tomar las medicinas con las comidas, si es posible, o tomar los AINE con otro medicamento que reduzca el ácido estomacal o cambiar de administración oral a inyección.



SOPESANDO LOS BENEFICIOS Y RIESGOS DEL TRATAMIENTO       

Todo medicamento, incluso de estantería abierta, tiene efectos colaterales potenciales. Para quienes  tienen artritis, los efectos secundarios de las medicinas son una preocupación comprensible. Ningún fármaco es completamente seguro, y el riesgo potencial de efectos secundarios puede atemorizarle.

No obstante, para la mayoría de las personas, los perjuicios de una AR no tratada pesan más que los riesgos de los medicamentos empleados para tratarla. Las medicinas pueden aliviar el dolor, prevenir la destrucción articular y mejora, e incluso salvar, las vidas de quienes tienen AR.

Pero como los riesgos son reales, es esencial educarse a sí mismo tanto como sea posible sobre los fármacos y otras opciones de tratamiento que su personal médico le pueda recomendar. Hable con ellos a respecto, pida información sobre los medicamentos, revise las ventajas y desventajas de las opciones de tratamiento para tomar decisiones con las que se sienta mejor. No tema hacer preguntas. Más aún, efectúe su propia investigación por Internet visitando sitios de salud reconocidos. Puede leer la información de los medicamentos y otros datos de las compañías que los fabrican en la red. Además puede inquirir a su doctor si hay otras personas con las que hablar sobre sus experiencias con los fármacos. Usted tiene voz propia en su atención médica y es responsabilidad suya ayudar a tomar decisiones de tratamiento como miembro de su equipo de salud.

Una vez que se le recete un medicamento, lea las etiquetas del paquete y cerciórese de formular las preguntas que tenga. La meta del tratamiento es conseguir el equilibrio correcto para ayudarle a vivir mejor con la artritis.                

Aunque le den hojas informativas en las farmacias junto con la receta para enterarlo de los efectos secundarios que pueden ocurrir con ciertos medicamentos, no debe asumir que la lista de efectos secundarios sucederá necesariamente en su caso. Ya sea que se manifiesten uno o más efectos adversos, quizá pueda revertirlos o detenerlos al descontinuar o cambiar de fármaco, pero no lo haga sin consultar a su doctor. En la mayoría de los casos, no se requiere ninguna acción; muchos efectos secundarios se van solos.

Pueden influir muchos factores en el modo en que su cuerpo reacciona a un medicamento. Algunos son sumamente controlables, como cuándo y cómo se toma la medicina. Otros factores que no se pueden cambiar, como su edad y otras condiciones de salud, pueden compensarse mediante la selección del medicamento o ajustando la dosis. La vida está llena de riesgos. La clave es sopesar los riesgos con los beneficios potenciales. Su doctor puede asistirle a evaluar los riesgos del medicamento y a elegir los fármacos que le brinden más ayuda creando el menor daño posible.



ESTRATEGIAS PARA PERMANECER SANO


Tener AR no significa que esté constantemente enfermo o con dolor. Significa, empero, que usted y su médico, preferentemente un reumatólogo, deberán mantenerse vigilantes de su condición. Con el seguimiento y tratamiento adecuados, se pueden evitar la mayoría de las complicaciones no articulares de la AR, o al menos se pueden reducir.

Hay varios pasos que puede dar para mantenerse tan sano como sea posible:

Visite a su reumatólogo y otros doctores con regularidad. Quizá no siempre se percate de si su AR está afectando otros sistemas del cuerpo además de las articulaciones. Tal vez requiera hacer citas más frecuentes con el oftalmólogo, el dentista y otros especialistas para asegurarse de que todos sus órganos y sistemas corporales funcionen adecuadamente. Mientras más pronto se detecte algún problema en un órgano o sistema, más fácil será tratarlo.

Esté atento a su cuerpo. Por ejemplo, ¿nota algún salpullido nuevo o bultos en la piel? Los puntitos rojos de la piel pueden indicar inflamación de los vasos sanguíneos. ¿Tiene reseca la boca o siente arenosos los ojos? Estos síntomas podrían indicarsíndrome de Sjögren. ¿Se siente extremadamente cansado? Quizá esté anémico o su AR se encuentre más activa (podría estar pasando por un periodo de exacerbación). Sepa qué es sentirse normal, y si algo no se siente normal, busque consejo médico.

Ejercicio. Solía pensarse que si tenía artritis, debía reposar las articulaciones para protegerlas de cualquier daño. Hoy, los expertos reconocen lo mucho que ayuda el ejercicio moderado para mantener flexibles las articulaciones, aumentar la fortaleza y el vigor, y mejorar el funcionamiento de corazón y pulmones. Colabore con su médico para desarrollar un plan de ejercicio que sea adecuado para usted y su condición. En general, los individuos con artritis deben tratar de ser físicamente activos por 30 minutos casi todos los días de la semana, aparte de de sus actividades cotidianas. La Arthritis Foundation ofrece un número de programas de ejercicios basados en evidencia diseñados para las personas con artritis.Caminar es la actividad más fácil y posiblemente una de las mejores para quienes tienen artritis.

Descanse cuando y si lo necesita. Si una articulación está hinchada, adolorida o rígida, el descanso puede ayudarle a reducir la inflamación. Para preservar la movilidad de las articulaciones, continúe moviéndolas a tanto como lo permita su amplitud de movimiento. También puede fortalecer los músculos al apretarlos y soltarlos después, sin siquiera mover las articulaciones.

Déle prioridad a su alimentación. Los estudios científicos no han demostrado si la dieta altera su artritis. Pero los ácidos grasos omega 3 pueden reducir modestamente la inflamación de la AR si se consumen en cantidades suficientes.

Generalmente, mantener una dieta saludable, incluyendo proteínas magras, calcio y una gama de frutas y verduras, y suficientes calorías para tener energía, puede ayudarle a conservarse física, y a menudo, mentalmente sano.

Evite o reduzca su consumo de alcohol. El alcohol y la mayoría de los medicamentos para la artritis no se mezclan. Lea las etiquetas de los fármacos y hable del asunto con su doctor.

No fume. El tabaco aumenta su riesgo de AR. Si ya tiene AR, fumar la empeora. Consulte con su doctor cómo dejar el tabaco.

Tome suplementos. Las personas con AR, particularmente las que toman corticosteroides, deben ingerir suplementos de calcio (para ayudar a sus huesos) y multivitaminas con vitamina D (que ayuda al cuerpo a absorber el calcio). Si su doctor advierte que ha perdido hueso, le podría recetar algo para reducir la pérdida ósea o para prevenir pérdida adicional.

Busque apoyo emocional externo. Tener una enfermedad crónica, especialmente una impredecible, dolorosa y debilitante, puede ser emocionalmente difícil, así como un reto físico. Comparta sus sentimientos con un grupo de apoyo o amistades y familiares. Aunque sea normal sentirse a veces deprimido y con tensión, hable con su médico si estos sentimientos duran un periodo de tiempo extenso.


Otros recursos:
  • Guías para los consumidores de la Agencia para la Investigación y Calidad de la Atención Médica (AHRQ) Información en español bajo "Músculo, hueso, y condiciones comunes."
  • Encuentre otros tipos de artritis. Visite nuestro Centro de Enfermedades.

04/26/2012 08:00 PM EDT

Fuente: Fundación de la Artritis
Página relacionada en MedlinePlus: Artritis reumatoide

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