sábado, 20 de junio de 2009

Prevalencia creciente de la dermatitis atópica


I/IV: Prevalencia creciente de la dermatitis atópica
JANO.es
12 Junio 2009

Aunque no existen datos definitivos sobre la incidencia y la prevalencia real de la dermatitis atópica (DA) en España, uno de los déficits cuya resolución reclama urgencia, los expertos llaman la atención sobre el considerable aumento de casos detectado en los últimos años tanto en las consultas de atención primaria como en las de dermatología y pediatría. Se estima que la prevalencia de esta enfermedad se ha triplicado en los últimos 30 años en nuestro país y 2-5 veces en las dos últimas décadas en todo el mundo.

El estilo de vida occidental, el aumento de la edad materna, la polución, el tabaquismo materno, la migración de áreas rurales hacia centros urbanos, los cambios ambientales y, entre otros factores, la exposición temprana a pólenes, ácaros o alergenos, están facilitando la extensión de esta enfermedad en individuos genéticamente susceptibles.

Actualmente se estima que un 5-15% de la población general presenta DA, un trastorno dermatológico crónico que llegan a experimentar cerca del 20% de los niños. Sus consecuencias van desde la vertiente económica hasta de relaciones sociales, y tiene un impacto negativo en los estudios/trabajo y en la calidad de vida de los afectados.

“Noches de sueño interrumpido y de mala calidad, cuidados especiales con la alimentación, atención pormenorizada en el lavado de ropas y su composición, utilización de jabones específicos o la necesidad de hacer un secado especial de la piel son algunas de las múltiples consecuencias que sufren los afectados por esta enfermedad y sus familiares más directos”, resalta José Diniz Almedia, secretario ejecutivo de la Asociación Española de Pacientes y Familiares con DA, una de las organizaciones convocantes del Día de la Dermatitis Atópica, en colaboración con el Ministerio de Sanidad y Política Social, la Academia Española de Dermatología y Venereología, la Asociación Española de Pediatría y el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos.

Su alta prevalencia, su controvertido tratamiento, el impacto negativo que tiene sobre la calidad de vida de padres e hijos y la incomprensión y desconocimiento social que sigue existiendo en relación con este trastorno ponen de manifiesto la necesidad de convocar este Día. “Queremos hacer una llamada de atención sobre la dimensión que está adquiriendo un problema en claro crecimiento, para el que reclamamos una más seria dedicación en atención médica e investigación básica”, afirma el representante de ADEA, que añade que uno de los aspectos más preocupantes para los pacientes es el elevado coste de los productos para el tratamiento de la dermatitis, agravado por la necesidad de su uso constante.

Además, y recogiendo el sentir del colectivo, el portavoz de los afectados manifiesta su queja por la falta de atención que las autoridades sanitarias prestan a esta enfermedad, y subraya la frecuencia de los brotes y el nerviosismo que provocan —en el afectado y su entorno— y la deficiente interpretación que hacen de las instrucciones que reciben del médico —no siempre claras y suficientes—, lo que determina que a menudo los pacientes busquen soluciones no siempre académicas.

La DA es una enfermedad eminentemente cosmopolita, con mayor presencia en zonas urbanas, que afecta a todas las razas y etnias, y que se presenta por igual en ambos sexos, aunque en el ámbito pediátrico suele ser más frecuente en niños que en niñas (2:1), tendencia que se invierte en la adolescencia y la edad adulta. Se desconoce su verdadera causa, aunque se sabe que tiene un claro componente genético y que su manifestación se asocia frecuentemente con el estilo de vida de los países desarrollados.

La DA tiene una especial repercusión en las consultas de pediatría. Tal y como destaca el Dr. José García Sicilia, pediatra del Hospital La Paz de Madrid, “con variaciones estacionales y geográficas, es fácil que genere globalmente un 5% de las consultas pediátricas, bien como motivo de consulta o asociado a otros problemas”.

Los cálculos más recientes señalan que hasta un 18% de la población infantil presenta DA. En la mayor parte de los casos —en torno al 60%— el trastorno se consigue diagnosticar antes de cumplirse el primer año de vida; de hecho, en 8 de cada 10 pacientes la enfermedad ha debutado antes de los 5 años.

Fácil de diagnosticar y difícil de tratar, así califica esta patología el Dr. José Carlos Moreno, vicepresidente de la Academia Española de Dermatología y Venererología, que apostilla que, aunque por sí misma la atopia, en su manifestación cutánea, no pone en peligro la vida, su presentación insidiosa, su duración prolongada, la reactivación injustificada, el impacto en el bienestar general del que la presenta, con frecuente repercusión en los que con él conviven, y los elevados costes directos e indirectos que genera convierten a la DA en un verdadero problema de salud pública.


DERMATOLOGÍA II/IV
La Dermatitis Atópica se ha triplicado en los últimos 30 años en España
JANO.es · 28 Mayo 2009 09:30

Los cambios en el estilo de vida, la creciente polución y el aumento de la edad materna, factores principales del espectacular incremento de su prevalencia


Aunque no existen datos definitivos sobre la incidencia y la prevalencia real de la dermatitis atópica (DA) en España, los expertos llaman la atención sobre el considerable aumento que se ha producido en los últimos años de casos que documentan en sus consultas, tanto en Atención Primaria como en Dermatología y Pediatría: se calcula que la prevalencia de esta enfermedad se ha triplicado en los últimos 30 años en nuestro país.

Este es uno de los mensajes esenciales difundidos con motivo del Día de la Dermatitis Atópica, iniciativa promovida por la Asociación Española de Pacientes y Familiares con Dermatitis Atópica (ADEA), en colaboración con el Ministerio de Sanidad y Política Social, la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), la Asociación Española de Pediatría (AEP) y el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos, y también cuenta con el respaldo de laboratorios Leti, Stiefel y Astellas.

La frecuencia de la dermatitis atópica se ha incrementado sustancialmente, de 2 a 5 veces, a nivel mundial en los últimos 20 años. El estilo de vida occidental, el aumento de la edad materna, la polución, el tabaquismo materno, la migración de áreas rurales hacia centros urbanos o los cambios ambientales que están sucediendo, así como la exposición temprana a pólenes, ácaros o alérgenos, están facilitando la extensión de esta enfermedad en individuos genéticamente susceptibles.


Problema en “claro crecimiento”

Como explica José Diniz Almeida, Secretario Ejecutivo de ADEA, “su alta frecuencia, su controvertido tratamiento, el impacto negativo que tiene sobre la calidad de vida de padres e hijos y la cierta incomprensión y desconocimiento social que sigue existiendo en relación con este trastorno ponen de manifiesto la necesidad de convocar este Día de la dermatitis atópica”, afirma. Según añade, “se trata de hacer una llamada de atención sobre la dimensión que está adquiriendo un problema en claro crecimiento, para el que reclamamos una más seria dedicación en atención médica e investigación básica”.

Actualmente se estima que entre el 5 y el 15% de la población general padece DA, un trastorno dermatológico crónico que llegan a sufrir cerca del 20% de los niños. Sus consecuencias van desde la vertiente económica hasta de relaciones sociales, y tiene un impacto negativo en los estudios/trabajo y la calidad de vida de los afectados. En general, los pacientes se quejan de la falta de atención que las autoridades sanitarias prestan a esta enfermedad. Junto a este problema, José Diniz subraya otros hechos que causan inquietud entre los pacientes y sus familiares, como “la frecuencia de los brotes y el nerviosismo que producen (en el afectado y su entorno) o la deficiente interpretación que hacen de las instrucciones que reciben del médico (no siempre claras y suficientes)”, todo lo cual hace que “frecuentemente los pacientes busquen soluciones no siempre académicas”.
ADEA
AEDV
AEP
CGCOF
Ministerio de Sanidad y Política Social



III/IV: Patologías dermatológicas prevalentes en AP
José M. Mascaró Galy
Servicio de Dermatología. Hospital Clínic.Universidad de Barcelona. Barcelona. España.
05 de Junio 2009


Las enfermedades de la piel y de los anejos –folículos pilosebáceos, uñas– son un motivo frecuente de consulta al médico general y al pediatra, dado que pueden suponer un 5-20% de las consultas en atención primaria. Además, algunos de los procesos cutáneos pueden ser potencialmente graves, y acabar con la vida del paciente, como es el caso del melanoma maligno. Por otra parte, si se tiene en cuenta el tamaño, la piel es el órgano de mayor peso del cuerpo —a pesar de que probablemente muchos médicos, si se les pregunta, pensarán erróneamente que el hígado es el mayor—1. Por todo ello, la dermatología debe de ser una parte importante en la formación continuada de todos los médicos de atención primaria.

Sin embargo, a menudo este tipo de formación choca con la naturaleza misma de la especialidad. En efecto, la dermatología es una especialidad fundamentalmente visual, que precisa que el médico no sólo estudie las enfermedades, sino que tenga ciertas dotes personales para ello. Tanto es así, que todos conocemos a compañeros no dermatólogos con una particular facilidad para establecer diagnósticos de procesos cutáneos, mientras que hay otros médicos que no aciertan a realizar un diagnóstico correcto. Además, se trata de una especialidad que, al igual que otras especialidades “morfológicas” —como la radiología o la anatomía patológica— exige un entrenamiento que no siempre se realiza o se ha realizado en el pasado. Para añadir mayor dificultad, la fisiopatología de la mayoría de enfermedades de la piel es aún poco conocida, lo que dificulta la comprensión de los mecanismos de muchas enfermedades y de sus tratamientos. Para hacerlo más complicado aún, los dermatólogos hemos utilizado tradicionalmente una nomenclatura confusa y llena de epónimos, que añade mayor dificultad al médico no especialista.

De todos modos, existen otros aspectos que pueden hacer que la dermatología sea muy atractiva a los ojos de los médicos de atención primaria. En primer lugar, se trata de una especialidad muy variada, y completamente distinta al resto de especialidades médicas. En segundo lugar, el médico con ciertos conocimientos de las enfermedades de la piel puede ser capaz de establecer diagnósticos precisos, y a menudo muy rápidos, de una amplia variedad de enfermedades. Por último, la dermatología tiene una terapéutica que es casi exclusiva de la especialidad, como los tratamientos y las curas tópicas —bien sea con fórmulas magistrales o preparados comerciales.

En esta monografía hemos pretendido revisar una serie de temas frecuentes e importantes en el ámbito de la dermatología en atención primaria. En primer lugar, y dentro del campo de las enfermedades inflamatorias, se revisan los eccemas y la psoriasis, por ser patologías muy frecuentes e importantes. En segundo lugar, se revisan dos grandes grupos de enfermedades de los anejos, caso del acné y las alopecias. En tercer lugar, se tratan las infestaciones cutáneas y reacciones a artrópodos. Todos estos procesos motivan centenares de consultas al médico de atención primaria, y por ello deben conocerse. En último lugar, se revisan las patologías tumorales más importantes y frecuentes de la piel. Se trata de los cánceres y precánceres cutáneos —de extirpe no melanocítica— y las lesiones melanociticas benignas y malignas —nevus y melanomas—. Los cánceres de piel —fundamentalmente el carcinoma basocelular— son los cánceres más frecuentes y esta frecuencia aumenta en la población general.

Esperamos que el contenido de esta monografía sea útil para la formación de los médicos de atención primaria no dermatólogos, y que ello redunde en un mejor cuidado de la salud de sus pacientes.

Bibliografía
1. Goldsmith LA. My organ is bigger than your organ. Arch Dermatol. 1990;126:301-2.



NOTICIAS PARA PACIENTES IV/IV
Decálogo para asesorar a la población sobre la dermatitis atópica
JANO.es · 26 Mayo 2009 15:30

Elaborado por el Consejo General de Colegios Farmacéuticos, recoge recomendaciones para evitar los brotes de una enfermedad que afecta al 18% de los españoles


El Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos participará en la jornada que, promovida por la Asociación Española de Pacientes y Familiares con Dermatitis Atópica (ADEA) en colaboración con el Ministerio de Sanidad y Política Social, la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) y la Asociación Española de Pediatría (AEP), tendrá por objetivo asesorar a la población acerca de la dermatitis atópica con motivo del día de esta enfermedad, que se celebra mañana.

Asimismo, el Consejo General ha elaborado un informe técnico y un decálogo de consejos al paciente, que ha sido distribuido a todos los farmacéuticos a través de los colegios oficiales con el fin de asesorar a la sociedad sobre esta patología de la piel, que afecta al 18% de la población infantil española.

Según el mismo, algunas de las medidas que deben tener en cuenta las personas con dermatitis atópica, o sus cuidadores, son evitar factores que puedan desencadenar un brote, como temperatura excesiva, humedad escasa o contacto con ciertos tejidos, como lana o seda. Asimismo, la exposición de las zonas dañadas al sol puede resultar beneficiosa, siempre y cuando el paciente no esté siendo tratado con antihistamínicos, orales o tópicos, u otros medicamentos fotosensibilizantes, y con las adecuadas medidas de fotoprotección.

Otra de las recomendaciones en los niños pequeños es cortarle las uñas para evitar que se lesionen la piel al rascarse, así como los baños con agua templada, durante unos 20 minutos, con un jabón de pH ligeramente ácido, y sin agentes irritantes. Tras el baño, se procederá a secar la piel sin frotar, con la ayuda de una toalla suave, y se aplicará una crema emoliente, siendo especialmente recomendables las que contienen en su composición ácidos grasos omega.

La dermatitis atópica en el lactante suele comenzar entre el cuarto y el sexto mes de vida, y es relativamente frecuente su desaparición de manera espontánea entre los tres y los cinco años de edad. En los niños mayores, la dermatitis aparece generalmente entre los tres y los seis años. En los adultos puede presentarse como un cuadro eccematoso de aparición alrededor de los 20 años, o bien ser una continuación de una dermatitis iniciada en la infancia –a pesar de que se resuelve hasta en el 50 por ciento de los casos al llegar a la adolescencia– y supone un importante problema sociosanitario.
AEDV
AEP
CGCOF
Ministerio de Sanidad y Política Social

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